Manejando el dolor de la cesarea

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Haya sido programada o no, la cesárea es un procedimiento quirúrgico mayor, por lo tanto, se espera que la recuperación sea más larga que la de un parto vaginal.

Una cesárea implica anestesia, para poder cortar varias capas de tejido abdominal y mover los músculos del abdomen de su lugar. Esto hace que el proceso de recuperación sea doloroso y lento.

En la clínica

Dependiendo del protocolo que maneje la clínica en donde des a luz, puedes llegar a tener un catéter para la orina y un canal para continuar recibiendo suero. Por esto, el primer día necesitarás ayuda para salir de tu cama, pero al día siguiente podrás bañarte casi con normalidad y con el paso de los días, serás un poco más independiente.

Sigue los consejos de tu doctor en cuanto al movimiento: se pueden desarrollar coágulos de sangre en la zona de la herida. Esta zona debe mantenerse limpia y seca y reportar a tu médico cualquier rareza como enrojecimiento en la zona de la herida, sangrado, etc.

El dolor no cede

Si -honestamente- sientes que tu dolor en vez de aligerarse, cada vez se incrementa al punto de ser intolerable, es hora de regresar al hospital, para ser revisada por un profesional y evaluar la medicación para el dolor que estás recibiendo.

Los profesionales indican que el punto más álgido del dolor se da entre las 24 y 48 horas después de la cesárea. Pero esto depende del umbral del dolor de cada paciente.

Cicatriz

El área debe mantenerse limpia y seca y no se debe colocar cremas o talcos sin indicación médica.

Pide a tu pareja o a algún familiar de confianza que revise la zona en busca de: enrojecimiento, drenaje o hinchazón. La comezón puede ser normal como comienzo de la curación y cicatrización. La fiebre y aumento del dolor no son normales y deben ser atendidos por un profesional.

La cesárea puede implicar un corte en los nervios superficiales y ser causantes de una sensación de entumecimiento que durará un par de días.

En casa

Para el dolor, tu obstetra te puede indicar uno o más calmantes potentes, que deberás comprobar si son compatibles con la lactancia materna. Para que surta efecto, debes tomar el medicamento puntualmente, aunque la molestia no sea muy fuerte.

Si estás acostada o sentada en un sillón, levantarte sin sentir dolor puede convertirse en una delicada maniobra. La mayor fuerza recaerá en tus brazos, para restar presión a tu vientre.

Si estás amamantando, colócate suficiente almohadas o almohadones tras tu espalda, para poder estar incorporada si forzar tus abdominales. Y hazte de un buen almohadón de lactancia, para poder acomodar a tu bebé, sin que el peso d su cuerpo recaiga en tu vientre.

No tengas miedo ni pena de pedir ayuda: acabas de pasar por una cirugía mayor y tienes un bebé que depende exclusivamente de ti. Nadie te juzgará si encargar tu bebé a otros brazos y duermes una hora de siesta.

Recuerda que el reposo que hiciste en el hospital, debe continuar en casa. Y deben esperar:

  • Dos semanas para volver a conducir,
  • Seis semanas para reanudar el ejercicio y
  • Doce semanas para una recuperación completa

Se debe evitar levantar objetos pesados ​​durante el período postparto inicial para evitar forzar el abdomen.

Recuerda que cumplir con tu reposo de la manera indicada ayudará a tu pronta recuperación y más pronto aún, podrás ocuparte de tu bebé al 100%.

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