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Este mes comienza la temporada de cumpleaños: dos de mis tres hijas cumplen años con cinco día de diferencia. Bernarda cumple 4 años y Rosario 10 años. La organización de las fiestas no es un tema que me quite el sueño precisamente: a Ber le contraté un salón (a su pedido) y a Ró le contraté un spa para nenas seguida de pijamada. para algunas elegidas.

Pero este año (quizás sean mis hormonas alborotadas) me acordé de mis cumpleaños. Y las comparaciones no se hicieron esperar.

Mi mamá sacaba la mesa del comedor al patio o al garage. Había jugo de naranja, no Coca Cola. Al jugo, mi papá lo ponía en el lavarropas, y lo servía con la manquera en los vasos de plásticos que guardábamos de los cumpleaños anteriores.

Los juegos los organizábamos los chicos, no los animadores. Hoy si no tenés dos animadores, el cumpleaños quizás sea un fracaso.

La decoración eran unos banderines y globos, con el infaltable cartel de ¡Feliz Cumpleaños! con los ositos que se asomaban de las letras… hoy buscamos ideas en Pinterest y flasheamos con adornos de papel barrilete (¡que me encantan!)

Había hora de comienzo, pero no del fin de la fiesta.

No faltaban los chicitos, los palitos y el maní. O las salchichas con mayonesa cortada en cubitos. Los bombones de galleta de vainilla con dulce de leche, las empanaditas, los pastelitos. Hoy en los salones te dan panchos, cupcackes (y te los cobran como si fueran de oro) y no se cuántos inventos gastronómicos más que los chicos ni prueban.

A la torta me la hacía mi mamá: la cobertura era de crema y a los costados estaban los bastoncitos de chocolate o las chocolinas que tapaban todas las imperfecciones. Hoy, la torta más fea y desprolija es asi: todo es fondant, y tortas de maestros reposteros.

Nuestros invitados eran todos los chicos del cole, los de danza, los chicos de la cuadra y sus hermanos. No se les preguntaba a las otras madres ¿Te quedás? ¡No! Las recibían con un mate y todos se sentían como en su casa. Los hombres charlaban de fútbol con los otros hombres y las mujeres… ¡de lo mismo que hablamos ahora!

Nuestros amigos nos regalaban lo que podían comprar sus papás, no importaba si eran unas medias o un set de juego de té o un perfume Coqueterías, lo emocionante era destrozar el papel de regalo. Hoy hay listas de regalos …

Hoy todo se mide, todo se cronometra, todo se contrata…. ¿será que extraño cuando la vida era más simple?

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6 Replies to “Temporada de cumpleaños”

  1. Si, claro, nada q ver los cumples caseros con mamás super involucradas, a delegar todo en un pelotero o salón de fiestas…

  2. Mami Kanguro dice:

    Si! y ojo que yo alquilo salones y contrato animadores…

  3. Mariana dice:

    Es que ahora hasta se perdió la ceremonia de entrega del regalito. En muchos salones y peloteros el invitado deja el regalo en un baúl o caja y luego el anfitrión lo retira al final de la fiesta. Así se pierde la posibilidad de agradecer el regalo, de abrirlo, de compartir la sorpresa…

  4. soledad dice:

    mi hijo cumple su primero año en mayo, y estamos recién mudados a una casa donde no entran todos los invitados. Extraño también esos cumpleaños, las piñatas y el pato ñato. Todavía no busqué salón y me vaticinan una cantidad de inconvenientes con horarios, disponibilidad, etc etc. Yo también extraño esa vida, sencilla y simple, pero divertida. Será cuestión de readaptarse de la manera más cómoda.

  5. Karinna dice:

    Totalmente de acuerdo. Definitivamente lo que se prepara en casa, así no sea perfecto, es mucho más especial.

  6. Jessvett dice:

    yo tambien recuerdo las fiestas que asi organizaba mi mama, y sus pasteles con crema chantiyi y arriba tapizado de lunetas!!..riquisimooooo, y ella nos ponia juagos como el de las donas y las sillas y asi..bien bonito 🙁 Ahora todo es diferente..por que buuuNo Robes

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